Todos los consejos de conducción segura son muy importantes para reducir riesgos en la vía pública, pero hay una cuestión a la que le queremos dar relevancia ya que se ha convertido en uno de los problemas más graves en la carretera: las distracciones.
Cuando en nuestros cursos de conducción hablo sobre las distracciones con los alumnos, muchos de ellos me comentan que los coches de hoy en día incorporan más pantallas y eso hace que nos podamos distraer. Yo les pregunto entonces: por tanto, ¿para evitarlo tenemos que comprarnos un coche de hace 30 años? ¡Sí hombre! – me dicen -. Una vez más, el foco apunta hacia fuera, no hacemos autocrítica y no nos damos cuenta que sufrir un accidente por distracción sólo dependerá de nosotros mismos.
Ni el coche, ni el navegador, ni el móvil; el problema es el uso que le damos a estas herramientas y cuándo lo hacemos. Si cerrar los ojos durante tres segundos mientras conduces, te parece una locura, ¿por qué has normalizado el uso del móvil al volante?
¡Pero atención! El móvil o el GPS no son los únicos detonantes de distracciones. ¿Cuántas veces, después de hacer el viaje del trabajo a casa, nos hemos dado cuenta que no hemos sido conscientes del trayecto que hemos recorrido? Cuando conducimos tenemos la tendencia a pensar de dónde venimos, dónde vamos, qué vamos a hacer allí, etc., pero pocas veces pensamos dónde estamos ahora y qué debemos hacer en este instante. Para mí, todo lo que no sea focalizarse en el presente mientras conducimos, es distracción.
Así que ya sabes, sólo si conduces cuando conduces, podrás llegar a casa con el coche entero y, si es posible, con los dos retrovisores.